sábado, 24 de noviembre de 2012

La Eurozona: ¿Un modelo agotado?


(Barcelona – 24/11/2012) A finales de 2011 se hablaba de la división de Europa en dos o varias velocidades, con un grupo privilegiado que encabezaría el “núcleo duro”. Últimamente la Canciller alemana, ha propuesto “más Europa”: el afianzamiento de la integración a través de la transferencia de soberanía de los Estados de la Unión Europea, y en particular aquellos que comparten el Euro como moneda. ¿Se ha agotado el modelo de la Eurozona como lo conocíamos y es inminente la necesidad del cambio o se trata de una tendencia impulsada por la crisis?


David Cameron (GB) y Angela Merkel (Alemania) no acuerdan sobre el 
modelo europeo de desarrollo.

Hace poco menos de un año, Europa vio cómo el binomio Sarkozy-Merkel promulgó la idea de la división de la Unión Europea en dos: una parte conformada por el “núcleo duro”, de países con mayor fortaleza económica como Alemania, Austria, Países Bajos, Francia, Luxemburgo y Finlandia y una “segunda Europa” que contemplaría los países con menor desarrollo.

La finalidad última de esta unión habría sido la coordinación de políticas fiscales y un tesoro común, para poder emitir bonos de alta calidad a bajo precio. Esta opción, además, llevaba como misión oculta la definición de la situación británica, que es miembro de la UE pero no comparte la moneda común. Finalmente, tendría como efecto principal dar el paso libre a las locomotoras de Europa para avanzar sin restricciones, a costa de dejar atrás a los vagones más pesados de la comunidad, como son Portugal, Grecia, Italia y España.

En el momento en que cobró fuerza esta propuesta, que estuvo al borde de materializarse en diciembre de 2011, surgieron distintas voces a favor y en contra. Las primeras indicaban que sería una forma de mejorar la situación de las potencias y reconocer la realidad, en lugar de ocultarse tras una pseudo-igualdad de los países. Además, teorizaron, crearía un sistema más eficiente, rápido y flexible.

Quienes estaban en contra argumentaron que la propuesta mina la solidaridad, acentúa las diferencias, crea un sistema aún más complejo que el actual y permite que los asuntos de los países que necesitan ayuda para reconstruir sus economías tengan menos lugar en la agenda.

Al margen de los argumentos, hay quienes afirman que la multiplicidad de velocidades ya existe, dado que los países que no desearon formar parte del pacto tuvieron múltiples opciones de integración o de rechazo “opt-out”, como son los casos del Reino Unido, Dinamarca y Suecia.

Todo esto nos lleva a la pregunta: ¿Es necesario un cambio en el sistema económico de la Unión Europea? Según Alemania, sí. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, apoyado por la canciller, exhortó a ceder competencias a la Unión Europea y profundizar la integración entre sus miembros, formando una Comisión más pequeña, que tome decisiones rápidas, con un presidente de Europa y un ejército propio.

¿“Más Europa” es la solución a la crisis? ¿O tal vez sea necesario encontrar una Europa a dos velocidades para flanquear el bache económico? 

Lo único que parece verse con más claridad es que, poco a poco, salen a la luz más síntomas – millones de Europeos manifestándose en la calle, cierre de empresas, aumento del desempleo – que indican que el modelo económico de la Unión Europea se ha agotado, y que hace falta tomar una nueva dirección que alivie la tensa situación de los países en crisis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario