martes, 29 de enero de 2013

¿Cuánto tiempo más permitiremos que los niños sirios mueran?

Hace tres días se cumplieron dos años del primer levantamiento en Siria. Una guerra cruenta contra el pueblo que presenta una característica macabra: La crisis de Siria afecta ya a 4 millones de personas, la mitad niños y adolescentes, según cifras de Unicef.


Pero de números y de emergencia en los medios ya hemos tenido bastante, por lo que quisiera detenerme en una imagen, de estas que nos muestran todos los días, tanto y tan seguido que ya nos hemos anestesiado.


Se trata de un recuento de cadáveres luego de un ataque con bombas del régimen de Bachar al-Asad al noroeste de la ciudad de Homs, en la que hubo 220 víctimas. Los niños que vemos en las imágenes son parte de los "daños colaterales" de esta guerra.

Son niños a los que se les robó el futuro, niños que no podrán ir a la escuela, niños que no conocerán otros países, que no formarán su propia familia, que no reirán, que no jugarán, que no conocerán otro día en Siria ni en ninguna otra parte, porque fueron asesinados por un régimen cada vez más sanguinario.

Son personas que murieron con miedo, con frío y hambre. Son pequeños que sufrieron una intensa agonía entre bombas y campos de refugiados, hasta que la muerte los encontró y terminó con la tristeza de haber perdido a sus padres y hermanos, con la soledad de encontrarse desprotegido en el mundo o el dolor de pasar días sin comer. 

Se enfrentaron a la muerte sin armas, sin convicciones y sin banderas. Se sintieron desprotegidos, una de las niñas se hizo pis al encontrarse cara a cara con eso a lo que todos - católicos, ateos, agnósticos, musulmanes, hinduistas o budistas - tememos: la muerte.

Pienso, personalmente, que la comunidad internacional no puede quedarse de brazos cruzados frente a este delirio de matanzas y criminalidad que ya cumple dos años.

¿Qué podemos hacer? 

Exigir. Pedir a nuestros gobiernos que intervengan para lograr que la guerra termine. Que pidan al gobierno ruso que deje de enviar las armas que proveen al régimen. Que se hable de esto en la ONU y que los países de la Asamblea General exijan, urjan, al Consejo de Seguridad que mantiene bloqueada la intervención en esta zona del mundo, gracias a China y Rusia que han vetado la resolución, que intervenga a favor de los niños sirios.

Ayudar. Colaborar con UNICEF, ACNUR o con Amnistía Internacional. Los primeros dos son organismos de Naciones Unidas para la ayuda a niños y refugiados, respectivamente. Ambos están trabajando en el terreno. Amnistía Internacional es una ONG dedicada a los Derechos Humanos que también aboga por la causa siria.

Difundir. La información es un arma más dentro de las guerras. Cuanto menos se sabe  sobre un conflicto, peores son los resultados sobre la población civil. Coméntalo en las redes sociales, en tu casa y con tus amigos, probablemente te sorprendas de ver cuánta gente se interesa por los problemas de los demás.

Gracias por tomarte el tiempo de leer este pensamiento y espero cualquier comentario que desees compartir justo aquí. Muchas gracias.





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